lunes, marzo 7

Me lleve puesto otra vez la esquina de la cama. Se sintió como cuando me dijiste que te ibas con ella. No importa. Dos lágrimas y ya está.
Las revoluciones internas llevan mucho proceso y vagan por nuestro ser todo lo que ellas quieran. Laura se la pasaría llorando si se dejará llevar por eso. En cambio, dos lágrimas y ya está.
El perro se quedó afuera y nadie se dio cuenta. Se puso triste, pero cuando volviste te movió la cola. Porque que hayas vuelto sanó todo.
Que me hayas secado esas dos lágrimas, también.

(Sos como esas lágrimas que se me escapan cuando algo me afecta un poco.)

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