lunes, septiembre 28

Hay quien encuentra un tesoro en el fondo del mar
y quien, como yo, lo encuentra en el fondo de unos ojos raros.
Mi tesoro no tiene color definido. Por momentos es verde, por otros marrón.
Mi tesoro no me ve, me mira.
No juzga. Se rie. Toma mate. Comparte. Sonrie.
Si quien lo busca vale la pena, mi tesoro no lo descuida.
Espera. Comprende y quizá se deja ver un poco para hacer mas amena la busqueda.
Mi tesoro entiende de flaquezas pero no de rendiciones.
No quiere que me alborote en su busqueda.
Sabe que no entiendo algunas cosas.
No se cual es mi tesoro con exactitud, solo se que el sabe que lo estoy buscando.

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