jueves, marzo 26

Sesenta segundos sesenta veces, 
Contaba y faltaban siete veces más, 
Cerraba los ojos, soñaba irse lejos, 
Pero despertaba en el mismo lugar. 

Ladraba, ladraba y no mordía nada, 
Por miedo a quedarse sin cucha ahí nomás. 
Da rabia cuando un pobre diablo te quita 
Todo lo que dios no te da. 

Para despegar una hora no alcanza, 
A la vuelta la panza le va a reclamar. 
Y el flash que a destiempo se le hace inseguro... 
(Sopita caliente en la mesa del bar). 

Decidió que iba a ser un pájaro libre 
Y que nada más lo iba a atar. 
Y cuando los sueños son de tal calibre 
No hay despertador que los pueda bajar. 

Junto a sus amigos, se puso una banda, 
(No hay que darle al tiempo lo que no es de él) 
Y hoy sabe que todo ha valido la pena 
Si escucha los gritos del negro José.

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