martes, agosto 12

Se hizo víctima y culpable del arrojo que en su boca conseguía levantar. 
Me llevé su maravilla en las arterias, y el capricho de cobrarle mi ansiedad. 
El destino levantó allí mi bandera, en un acto de empatía desigual. 
¡La vida, hoy, tiró un centro!

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